Tren de la Araucanía

Circuito turístico de Temuco – Victoria a bordo de una locomotora a vapor del año 1930

Los caudalosos ríos, los bosques impenetrables y las sinuosas quebradas conformaban el paisaje de la Araucanía en el año 1876, cuando los trenes a vapor iniciaron su viaje a la indómita Frontera.

Desde sus orígenes, la espina dorsal que conformaba el ferrocarril y los ramales que unían la cordillera y el mar, impregnaron el húmedo paisaje de la región. El nuevo medio de transporte, que permitía comunicar en forma rápida y eficiente los distintos pueblos y ciudades, generó una revolución política, económica, militar y cultural en La Araucanía.

En este contexto, la ciudad de Temuco, se transformó en el centro neurálgico de la tracción a vapor en el sur de Chile, desde aquí operaron los trenes con destino a los múltiples ramales que conectaban a la región y el país.

De esta forma, la recuperación del patrimonio rodante estacionado en dependencias del Museo Nacional Ferroviario Pablo Neruda se ha llevado a cabo teniendo presente la premisa de los «Trenes en Movimiento». Así, los trabajos de restauración han considerado la reparación mecánica de los equipos para la puesta en marcha del Tren de la Araucanía, iniciativa que hoy nos permite prestar servicios turísticos con un equipo Ferrosteal y un convoy a vapor que nos remontan a la época de esplendor del ferrocarril en Chile.

El regreso del Vapor

El Museo Nacional Ferroviario dispone de un convoy a vapor, el cual se encuentra habilitado para realizar viajes turísticos con capacidad para 250 pasajeros.
Su estructura está compuesta por una Locomotora Baldwin tipo 80, de procedencia norteamericana, que fue fabricada en Filadelfia el año 1940 y prestó servicio hasta 1980. Hoy, recién restaurada, es la responsable de guiar nuestro sueño, reviviendo su época de esplendor cuando recorría los tramos Temuco- Osorno y Temuco-San Rosendo.

Complementan el convoy dos coches de pasajeros construidos en Alemania el año 1954, por la fábrica Linke Hofmann, y un coche turista de procedencia argentina del año 1975. En el Tren de la Araucanía destaca el coche comedor construido el año 1930, por la fábrica alemana Linke Hofmann Werke, con capacidad para atender 48 pasajeros y que aún conserva sus aires de distinción.

El Museo Ferroviario, cuenta además con una gama importante de piezas ferroviarias que recuerdan los múltiples servicios que prestó el ferrocarril en Chile en su época dorada. Destaca un equipo Ferrosteal, compuesto por dos Buscarriles, de procedencia alemana, que operaron en Chile en la década de 1970.


Son máquinas, livianas y rápidas, operadas por motores diesel, que alguna vez prestaron servicio en los ramales de Loncoche, Panguipulli y Villarrica, permitiendo el transporte de pasajeros en la zona lacustre de La Araucanía.
Actualmente, estos equipos han sido reacondicionados para los efectos de realizar viajes turísticos con capacidad para 70 pasajeros.